
Periodista.
Semana movida en el escenario político chileno. No solo por la visita del Presidente del país más importante del continente centro y sudamericano, Lula da Silva, sino además, por los coletazos a los insultos ordinarios del régimen venezolano contra el gobierno y particularmente contra el Presidente Boric; la división que ello ha provocado en las filas del oficialismo y el acercamiento vertiginoso de las elecciones en los municipios y gobernaciones.
Todo eso y más. Entre otras, la mil veces repetida negación de las derechas a aprobar en el Congreso ni un centímetro de la urgente reforma de pensiones, que tiene a miles de ancianos sobreviviendo con una pensión que no llega a los 80 mil pesos. Y no la van a aprobar porque, como lo reconoció en teletrece Radio el senador de la derecha Manuel José Ossandon, hay quienes presionan para que esta reforma no se apruebe ahora “para no beneficiar a Boric”.
Y entre las principales interesadas en que esto no se apruebe están por cierto las AFP, las mismas que en su lobby permanente para trabar cualquier cambio que las perjudique en su impresionante recogida de ganancias, enviaron una minuta a sus parlamentarios donde les recomiendan oponerse a todo del nuevo proyecto presentado por el Gobierno. Son cuatro páginas sin logo y sin explicitar el autor, varios días en el más absoluto anonimato.
A las AFPs no les quedó más remedio que reconocer su autoría, tratando de explicar que ello es de común ocurrencia en esa “industria”, que hacen muchos estudios “técnicos” y que lamentaban que el gobierno hiciera “uso político” de ello. Eso provocó de nuevo, una alta tensión entre el Gobierno y la industria de las AFP. Porque se trataba de una minuta que comenzó a circular en el mundo político y económico conteniendo comentarios y críticas implacables a las medidas planteadas en el protocolo de acuerdo entregado por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, a los senadores de la comisión de Trabajo del Senado, donde se discute la reforma previsional.
Y el Gobierno reaccionó a esto con evidente molestia. “Opinar es súper legítimo, pero interferir en un debate político y tratar de presionar al parlamento para que no avance una reforma previsional es una irresponsabilidad de marca mayor”, manifestó la ministra del Trabajo, y agregó que “cuando uno se opone a todo y no le parece ningún cambio, es porque en realidad no tiene ningún foco puesto en el sistema de pensiones y en los pensionados de Chile. Las AFP solo tienen el foco puesto en su negocio. Todos los cambios tienen que ser a costa de los demás, pero nunca de ellos”.
El ministro de Hacienda se sumó a la molestia. Estimó que no era adecuado el contenido de la minuta y criticó que haya un «juicio político sobre las intenciones que tendría el Gobierno al momento de presentar este documento». «Hay términos realmente que escapan un poco de un análisis técnico interno», sostuvo Marcel, agregando que se trata de una minuta «que es muy extrema en sus opiniones y tiene muchos juicios políticos».
La minuta
En la minuta se critica que un 1% que iría a compensar la sobrevida de las mujeres sería «reparto puro en temas de género». También critica que la propuesta del Gobierno pretende fortalecer el rol del Estado a través de un gestor de inversiones. Además critica que la propuesta de Marcel desconozca acuerdos de la mesa técnica, como no seguir adelante con la separación de funciones de la industria, -que es lo que les duele en demasía-; el aumento de la PGU a $250 mil y la estructura de comisiones directas o a terceros. En cuanto a los cambios en la industria, señala que con la separación de funciones (inversiones y administración) «el Ejecutivo busca hacer primar criterios ideológicos con tal de cumplir su promesa de poner término a las AFP». Asimismo, se insiste en los riesgos de una licitación de afiliados antiguos, mencionando la estatización de los fondos de pensiones, su constitucionalidad y el impacto que podría tener el traspaso de activos sobre los mercados.
Como siempre, los medios de comunicación en manos de la misma derecha, han omitido lo más que han podido que, de acuerdo a lo presentado finalmente por el gobierno, las pensiones de las mujeres, las más perjudicadas por las AFPs, aumentarían en un porcentaje más justo.
Lo explicó el Ministro Marcel y casi nadie lo replicó. Detalló el impacto de los distintos componentes en el nuevo diseño del sistema previsional, que consideran las prestaciones del denominado Fondo de Acumulación, Compensación y Garantía del Seguro Social, que irá a financiar el pilar solidario con un punto de los seis adicionales de cotización en forma permanente, y que además incluirá transitoriamente un préstamo de dos puntos para financiar el alza, particularmente para las actuales pensionadas.
Puso ejemplos. Explicó que para el caso de una mujer jubilada hoy en día, con 20 años de cotizaciones y una remuneración de $1,7 millones, su jubilación pasaría de un monto del orden de $500 mil a cerca de $650 mil, gracias al aumento de la Pensión Garantizada Universal, la bonificación por diferencia de vida entre hombres y mujeres, y una garantía del seguro social. El aumento sería del 35%.
Otras simulaciones consideran 30 años ya con el sistema aprobado. Una de ellas refleja que, para una mujer con 20 años de cotización y que recibe un sueldo dentro del promedio -cerca de $1.100.000-, la pensión pasaría desde un nivel estimado hoy en torno a $515 mil sin reforma, a cerca de $760 mil con reforma. Una mejora de casi 50%.
Planteó también la simulación de una trabajadora con 30 años de cotización, pero con una remuneración cercana a la mitad del promedio. Su jubilación pasaría desde una cifra estimada sin reforma de unos $465 mil a $785 mil con reforma, mejorando en un 70%.
Para el diputado socialista Jaime Naranjo, “aquí claramente hay una estrategia y una política de dilatar la discusión de la Reforma De Pensiones porque los parlamentarios de derecha no quieren que tengamos una ley de Pensiones”.
Hace algunos días, el presidente de la UDI, el diputado Guillermo Ramírez, aseguró que su partido estaba dispuesto a aplazar la discusión de la reforma de pensiones el tiempo que sea necesario, incluso si esto implica postergarla hasta marzo del próximo año. A confesión de partes…
El nerviosismo por las elecciones
Esos comicios octubristas son los que tiene cada día más nerviosos a quienes creían hasta hace algunos días, que tenían estas y las próximas elecciones ganadas: las derechas.
Sus propios errores, entre otros su silencio de muchos días frente a la suerte del padre del UDI Javier Macaya, acusado de abuso sexual contra niñas menores de edad, o el espectáculo de las peleas intestinas por cupos más o cupos menos en los próximos comicios, provocaron una bajada lenta, pero hasta ahora imparable del sitial en que ellos se habían instalado, bastante lejos de la centroizquierda. De hecho el jueves 8 era el último plazo para bajarse de cualquier lista de postulantes a alcaldes, concejales y gobernadores ya presentada al Servel.
Hasta el cierre de esta edición, el último que se había bajado era el abogado de narcotraficantes, presentado por un partido llamado social cristiano, en beneficio de Mario Desbordes, RN, la carta de Chile Vamos. Se dice en círculos políticos que el abogado Duque se habría bajado a cambio de un cupo en una futura diputación en la lista de Chile Vamos. No es casualidad que el diputado ultraderechista Johannes Kaiser haya señalado en las redes sociales: ¿“Por qué insiste Chile Vamos en forzar candidatos intragables para gente con nuestra sensibilidad política? Es como si quisiesen forzar los quiebres”.
Y entre las múltiples respuestas que recibió está una firmada por “santiaguino” que señala: “Lamentablemente la mala jugada de Aldo Duque Santos hoy nos tiene a todos los vecinos ad portas de volver a tener sentada 4 años más a Hassler. Duque nos mintió, nos engañó y finalmente se vendió. Que le quede en su conciencia si es que la tiene”.
Ahora, a casi dos meses de las elecciones municipales y de gobernaciones, tan ordinarias como las diatribas de la dictadura venezolana contra Gabriel Boric, son los argumentos que las derechas están repitiendo particularmente en la Región Metropolitana para evitar que la centroizquierda obtenga una buena votación para el gobierno. Están repitiendo una y otra vez que quienes voten por la lista oficialista, donde los comunistas están incluidos, están apoyando a la dictadura de Maduro en Venezuela.
El tema venezolano
Y en el oficialismo en tanto, el problema venezolano ha provocado más de un dolor de cabeza al gobierno y al Partido Comunista. Es que ese partido aparece muy solitario en su postura no tan clara de apoyo a Maduro. La prensa ha estado pendiente de consultarles opinión a los ministros militantes de esa colectividad y si bien durante un tiempo sortearon bien las dificultades alineándose con el Presidente Boric, hubo una respuesta que llamó a rebato en el mundopolítico.
Fue la del dirigente recién sacado del ministerio del InteriorJuan Andrés Lagos. Al parecer airado por las críticas al PC de sectores del oficialismo a raíz de su posición frente al régimen de Maduro, dijo que “aquí se está tratando de romper una alianza que ni siquiera está estructuralmente conformada”. Sostuvo que la controversia será debatida en el XXVII Congreso Nacional del PC, según señaló en entrevista con Radio Universidad de Chile. “Se nos está diciendo que nosotros no podemos estar ni en una coalición ni en un Gobierno porque no somos democráticos”, acusó y rebatió: “Nosotros vamos a tener que analizar esa situación. Nosotros estamos en Congreso, y uno de los temas del partido son sus alianzas, su futuro inmediato. Vamos a analizar, en su mérito, estos empujones que tienen alguna violencia verbal”.
Fueron varios ministros en realidad quienes opinaron respecto a este tema. El ministro socialista de Vivienda, Carlos Montes, dijo que le costaba entender al PC, y la ministra Orellana, del Frente Amplio fue mucho más dura. Sostuvo que todas las personas que han defendido a este régimen en esta situación, se van a poner muy rojas cuando se abra la cárcel del Helicoide”, y que eso incluye a todas las personas que actualmente están defendiendo “algo que es indefendible”.
Pero, para el PC la dureza de las declaraciones tanto de la Presidenta del PS como de su Secretario General son las más inquietantes. La presidenta del PS enfatizó que “más allá del resultado de ayer y de la validación o no de esto, a mí me parece grave que haya quienes aún defienden el régimen de Maduro“. De pasada, fustigó al senador Fidel Espinoza, quién afirmó que había que reconocer y respetar el resultado. Paulina Vodanovic disintió y dijo que “evidentemente, el régimen de Maduro hace mucho tiempo dejó de ser democrático, no tiene un respeto por los opositores, no tiene un respeto por los derechos humanos, por los derechos civiles y políticos”.
Por su parte el secretario General Camilo Escalona, fue drástico en sus opiniones: “Nosotros podemos tener una diferencia con el Partido Comunista en relación a la apreciación que ellos tienen del régimen venezolano. Pero lo que no es aceptable es que se permanezca en silencio frente a las declaraciones de Maduro y el régimen venezolano sobre nuestro propio gobierno y país”, añadió.
“Lo que dijo Diosdado Cabello de que el Presidente Boric era un cachorro del imperialismo, frente a eso no se puede guardar silencio. Frente a lo que está diciendo Maduro, que en Chile se preparan terroristas para actuar en Venezuela, es fundamental que en cuestiones que afectan a nuestro país no mantenga silencio frente a esas afirmaciones canallescas del régimen venezolano contra Chile”, criticó Escalona.
Así las cosas, el dirigente más solicitado en la semana fue sin duda el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona. Se buscaba su respuesta sobre todo por rumores y derechamente peticiones de abandonar el gobierno. Con su habitual parsimonia respondió “no necesitamos ese tipo de mensajes porque creo que la política es muy sensible; está en una etapa compleja, hay que ayudar a construir conceptos, criterios, referencias, principios, y no frases que puedan ser muy buenas cuñas, pero que nada contribuyen a lo que debe hacer, la sinergia que las fuerzas políticas hagan en función de una humanidad que conviva con códigos políticos, de paz, etcétera”.