
Ingeniero Comercial y académico universitarieo. Ex negociador de la Direcon para TLC de Chile.
El año comienza con el desfile de amenazas de aranceles ,y más recientemente, la posible aplicación de tarifas a vinos franceses por parte de EE.UU., entre otras medidas, lo que marca un punto de inflexión en la política comercial a nivel mundial.
Y es que los métodos del Presidente de los EEUU están remeciendo el mercado financiero, las proyecciones de crecimiento y, por sobre todo, el tablero de la política mundial. El mismo ha aludido a la utilización de aranceles como arma de negociación en la búsqueda de otros objetivos, lo que refleja que las políticas arancelarias restrictivas involucran elementos estratégicos, geopolíticos y tecnológicos y no los meramente comerciales.
Quizás los más optimistas dirán que surgen oportunidades para Chile. No obstante, las oprtunidades no surgen por las meras modificaciones arancelarias. Para ello, es necesario una política de Estado, donde la fuerte búsqueda constante de nuevos mercados, el desarrollo de políticas de internacionalización de las pymes o incluso la modernización aduanera y logistical, se hacen fundamentales no sólo para la diversificación de la matriz exportadora, sino para hacer frente a estas amenazas. Ayer fue México, Canadá y China, hoy es la UE. ¿Mañana nosotros? No sabemos
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